No estoy segura, pero CREO que Berlín se ha convertido en una de mis ciudades favoritas del mundo… Dicho de otra manera, si supiera hablar alemán, me iba a vivir a Berlín mañana 😛 !
Bueno ya, hablando en serio… Bastaron solo 3 días para darme cuenta que la ciudad era algo más y que definitivamente nos iban a hacer falta días para comprenderla. Berlín es multicultural, es libertad, es vibrante, pero también es nostalgia y es reflexión para quien la visita. Se dice que alrededor del 80% de la ciudad fue totalmente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Creo que esta es la razón por la cual Berlin se ha asegurado de que el pasado esté siempre presente y de que los memoriales estén siempre a la vista. Berlín espera que el mundo entero recuerde la historia y los sucesos que definieron al mundo como lo conocemos hoy.
Creo que la belleza de Berlín está algo escondida. Los edificios post-guerra en el lado Este de la ciudad, también conocidos como Plattenbauten, no son precisamente el tipo de arquitectura que encontramos en las capitales imperiales de Europa. Puede que la capital alemana no sea «bella» a simple vista, pero es una ciudad que nos fascina a muchos. Berlín es una mezcla de contrastes, de lo nuevo y de lo antiguo, de su alegre verano y lo frío que debe ser su invierno, de la libertad y la informalidad, pero a la vez esa rigidez y seriedad que caracteriza a la sociedad alemana.
Es posible visitar la ciudad en un fin de semana largo e incluso en un par de días. Si vas en fin de semana Berlín es famosa por la opción tan diversa de lugares para todo tipo de personas, gustos y estilos. A nosotros nos cayó ¡del cielo! un lugar latino al aire libre como con varios puestos de comida y bebida… con tacos y todo. No recuerdo el nombre del lugar 😦 y probablemente solo esté en verano, pero lo encontramos camino al East Side Gallery. Literal escuchamos la música, entramos y no salimos después de horas.
Cultura e historia…
Por otro lado, la oferta cultural en Berlín también es muy amplia. La ciudad cuenta con algunos de los museos y galerías de arte más importantes del mundo, como el de Pérgamo, que es también el más visitado de Berlín y se encuentra justo en el área de «La Isla de los Museos». Como nosotros estuvimos solo 3 días, (como siempre) tuvimos que escoger y optamos por visitar los museos más específicos de historia de la ciudad. Visitamos «La Topografía del Terror», que tiene como exposición permanente información y fotografías de las instituciones centrales como la Gestapo, SS y la policía del Tercer Reich, así como los crímenes que cometieron en toda Europa y los numerosos grupos de víctimas del régimen nazi.
Otra exposición que visitamos y que en lo personal me pareció muy bien montada fue la del Memorial del Holocausto, que es sin duda visita obligada. En ella se encuentran memorias de varias familias de distintas partes de Europa, durante y después del exterminio y también una explicación de la política nacionalsocialista de exterminio llevada a cabo entre 1933 y 1945. Cuando entras al sitio encontrarás en la pared la cita «Ha pasado, por lo tanto, puede volver a pasar. Este es el principal mensaje que queremos transmitir» del escritor italiano Primo Levi, que es una invitación para la reflexión de los visitantes. Es muy fuerte, pero creo que es algo que todos debemos conocer. En cuanto al memorial, que son básicamente 2711 bloques de hormigón de diferentes alturas, la gente siempre tiene variadas opiniones al respecto. A mi la verdad me pareció muy respetuosa y acertada la manera en que el artista lo plasmó, ya que la experiencia de recorrer los pasillos de este laberinto te da como una sensación de confusión, angustia y desesperación. Te guste o no te gusté la forma de este monumento, creo que es algo que debemos tratar con mucho respeto y no andar saltando de bloque en bloque.
A las afueras de Berlín, en Oranienburg (aprox. 1 hr en tren), se encuentra el campo de concentración de Sachsenhausen. Dedicamos medio día a la visita y la verdad es el lugar más escalofriante que he visitado en mi vida. Honestamente, después de esto, no creo visitar otro campo de concentración, pero también considero que vale la pena la visita y no debemos mostrarnos indiferentes. La entrada es gratuita pero la audio guía (unos 3€) es imprescindible para conocer la historia del campo.
Por último, el muro…
Al terminar la Segunda Guerra, la ciudad de Berlín quedó dividida en 4 sectores: el soviético, el estadounidense, el francés y el inglés. Con el paso de los años, las malas relaciones entre comunistas y los tres sectores occidentales (estadounidense, francés e inglés) fueron creciendo hasta el punto de que surgieron dos monedas distintas y se dividieron en Berlín del Oeste/República Federal Alemana (RFA) y Berlín del Este(el lado soviético)República Democrática Alemana (RDA). En resumidísimas cuentas… la crisis económica del lado Este mandaba día a día una oleada de alemanes que huían de la zona comunista hacia el capitalismo en el lado Oeste. Una cosa llevó a la otra y para evitar la fuga de más habitantes, la madrugada del 13 de agosto de 1961 comenzaron a levantarse vallas de alambre de púas rodeando Berlín del Oeste, lo que pronto se convertiría en el Muro de Berlín.
Actualmente podemos encontrar restos del muro en varias zonas de la ciudad, el tramo más largo se encuentra en la mencionada anteriormente East Side Gallery, que se convirtió también una galería de arte al aire libre. Además, en toda la ciudad se colocaron unos ladrillos en el suelo para mostrar por donde pasaba el muro. También puedes encontrar pedazos delgados de muro expuestos por toda la ciudad. En Potsdamer Platz, una de las principales plazas en Berlín, hay una exposición con breve información sobre el muro y varios de estos pedazos. Si estás buscando MÁS, yo recomiendo muchísimo la visita al Berlin Wall Memorial (Que NO es el mismo que el de Checkpoint Charlie! o el más nuevo The Wall Museum), este es un centro de información que ofrece material más audiovisual y narrativas de personas que lograron escapar de un lado a otro, o anécdotas tanto de la construcción del muro, los 28 años que existió, hasta el día de su caída. Además, desde la torre del edificio hay una vista de lo que se conserva de la frontera y el monumento a las víctimas de la tiranía comunista.
De verdad hay muchísimo que ver y hacer en esta fabulosa ciudad. Creo que por eso tardé tanto en escribir este post. Realmente no sabía por donde empezar… y claro que ¡hay que volver!